Habla en un dulce idioma.
Mirada clara.
Expresiva sonrisa
metafórica.
Frágil
como la flor de cactus.
Suave
como el deseo de tocarla,
de hablarle con ternura.
Con esa falda breve
- algo gastada -
de emigrante embarcada
en soñadas quimeras.
Con esa timidez,
es pudor o pobreza?...
Hoy descubrí en sus ojos
una ternura líquida,
como vuelo
de paloma asustada.
Será la añoranza
de calles de adoquines
de su vieja ciudad?
La nostalgia
de ese amor que la habita?
Ese dolor
que imprime la distancia?
Quiere llorar. No puede.
Afuera,
hay pájaros muertos en la nieve.
Y viento-escarcha
corre por las plazas.
Hay bullicio en las calles:
van a sonar
las doce campanadas.
Hay luces y champán
a punto de lanzar al cielo
sus burbujas.
Quiere llorar... no puede.